Mejorar habilidades conversacionales: capacidad de escucha, efectividad en pedir, decir no, agradecer, pedir disculpas, cumplimiento de promesas, dar y recibir feed back, entre otras. Reconocer estados de ánimo más recurrentes en el trabajo, para que tomar consciencia de qué genera con ellos en los demás y cambie ciertos juicios o supuestos que están en la base de dichas emociones. Ampliar mirada sobre las personas y situaciones, de modo de admitir o abrirse a la posibilidad de puntos de vista distintos al propio. Revisar estilos de liderazgo predominante, identificar maneras de influir y empoderar a otros y si se está siendo efectivo en la conducción de equipos.