Conocido sobre todo por mi enemistad con el célebre poeta barroco Luis de Góngora, por mi defensa del conceptismo como estilo literario y mis múltiples trifulcas políticas, soy uno de los poetas y prosistas más importantes de la lengua española.
Nacido en el seno de una familia aristócrata, estuve ligado a la corte y a las altas esferas del poder a lo largo de toda su vida. Me eduqué en el Colegio Imperial de los jesuitas, y posteriormente en las Universidades de Alcalá de Henares y Valladolid, centrándome en la teología y los idiomas.
Mi amistad con el duque de Osuna, y más tarde con el Conde-Duque de Olivares fomentaron mi prestigio, llegando a ser Caballero de la Orden de Santiago, si bien tuve varias caídas en desgracia que me empujaron al destierro en varias ocasiones.
Finalmente, debido a los casos de corrupción que rodeaban al Conde-Duque y las sospechas de éste hacia mi, fui encerrado en una pequeña celda del convento de San Marcos, del que salí con la salud muy afectada, retirándome definitivamente a la Torre de Juan Abad, desde donde me trasladé a Villanueva de los Infantes, donde morí
Frente a mis textos satíricos y burlones, desde sus letrillas y sonetos, pasando por mi prosa picaresca, como puede apreciarse en mi obra más conocida "Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos", destaca mi poesía más seria que refleja mi temática reincidente centrada en el tiempo y la muerte. También traté el ensayo político y filosófico ("La cuna y la sepultura") y fui un asiduo traductor y crítico literario.
Estudié teología durante 4 años sin llegar a ordenarme, así como lenguas antiguas y modernas. Es lugar común que durante la estancia de la Corte en Valladolid circularon los primeros poemas míos que imitaban o parodiaban los de Luis de Góngora bajo seudónimo (Miguel de Musa) o no, y el poeta cordobés me detectó con rapidez como al joven que minaba su reputación y ganaba fama a su costa, de forma que decidió atacarme con una serie de poemas.
