Siempre pensé que mi labor estaría al lado de las personas y poco a poco he ido construyendo el camino hasta conseguirlo a través de mi profesión, como técnica de orientación sociolaboral. Me considero una profesional que aún cree, en las utopías, utopías sociales, utopías personales, utopías de equipo… así que, pongo todo mi “yo” para lograrlas. ¿Qué como es ese “yo”?, pues es social sobre todo, perseverante, jejjejj, algunos de mis usuarios diría “pesada”, empática,...En nuestra labor profesional, una de mis pasiones es la formación, detectar necesidades, crear e innovar con la metodología más apropiada para los destinatarios, implementarla, motivar, escuchar, dinamizar, crear equipo,…Además estoy continuamente formándome, realizando cursos pero también, escuchando las opiniones de los que me rodean, compañeros y usuarios. Para mí la formación continua es imprescindible en el trabajo con las personas, considero que un orientador que no actualiza sus propios recursos vive de espaldas al mercado que está en continuo movimiento y llegará un momento que la labor profesional que realice se convertirá en obsoleta. Una de las labores que más nos cuesta a las personas es reconocer las propias cualidades positivas o nuestras virtudes, así que para hacerlo podemos pedir ayuda a alguien de nuestro entorno cercano que nos ayude. En mi caso pedí ayuda a una grandísima profesional con la que he tenido la gran suerte de compartir estos últimos años dentro del programa “Andalucía Orienta”, mi compañera Miryam León. Ella me describe como una persona: con sentido crítico, con capacidad de análisis, capaz de tener una visión global para pasar luego a focalizar, rigurosa y ordena, con iniciativa, mediadora y conciliadora, observadora y divertida. En definitiva, una profesional que disfruta con su trabajo y que sigue creyendo en que es posible transformar la realidad.
Historias policíacas y de misterio, últimos libros leídos: la verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Dicker y la sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón.
